30 de enero de 2012

Mesón Viscayo (Castalla) , irás, comerás y volverás.

Ayer viví, mejor dicho sobreviví, a una experiencia inconmensurable. En ánimo de unirnos un grupo de amigos que hacía por lo menos un par de meses que no coincidíamos todos juntos nos fuimos a Castalla (pueblo de una de las amigas del grupo) rodeado de montañas y parajes naturales y cuyo atractivo principal todos creereis que es el castillo que se alza en un cerro por encima del pueblo, pero no, el principal atractivo que nos llevó a elegir este sitio era un Restaurante llamado Mesón el Viscayo a partir de ahora bautizado por mi como el paraiso del embutido y el gazpacho de Castalla.

Puesto que nos temiamos una hincheta a comida de las de aupa, decidimos dar un pequeño paseo para hacer hambre y recorrer la Sierra de Castalla, muy bonita por cierto y con gran cantidad de posibilidades para hacer todo tipo de actividades en el medio natural. Puesto que el paseo nos pareció poco para todo lo que ibamos a comer hicimos una visita al castillo antes de dirigirnos a nuestro objetivo gastronómico y tuvimos la suerte de que estaba abierto, pudiendo entrar en su patio y murallas.

Tras esta visita, nos dirigimos al Viscayo (también andando) y nada más entrar no pude evitar que mi vista se dirigiese a las mesas provistas ya de por si con botellas de vino, barras de pan cortadas por la mitad con aceite y unas extrañas hogazas de pan planas.

Rapidamente, el propio dueño, al que a partir de ahora llamaré bajo el seudónimo de "Sr. Viscayo" nos dirigió a nuestra mesa y nos explicó la dinámica del restaurante: 

- Como entrantes pan tostado con aceite y alioli y olivas.
- De primer plato, te coges un cuchillo, un guante de plastico y un plato y con un poco de maña, vas cortando las viandas colgadas del techo (toda variedad de embutidos: sobrasada, salchichas, longanizas, chorizos, morcillas, morcón, blancos, espectecs...) y te las asan a la brasa o te las comes directamente... ni que decir tiene que el embutido está buenísimo y puedes coger todo el que quieras.
- De segundo plato, a esa extraña hogaza de pan plana le quitas la corteza de arriba y sobre la base de molla se sirven trozos de conejo y pollo aderezados con una salsa hecha con pan ácimo y especias, de donde vas cogiendo y ellos te van sirviendo hasta que no puedes más (esto es el gazpacho de Castalla).
- De postres, una vez que ya no puedes más, retiran los sobrantes de esa base de pan que se ha impregnado de la salsa del gazpacho y junto con miel vas cortándola y comiéndola. Un manjar exquisito por raro que parezca. Pero si te has quedado con hambre, no te preocupes, te sirven una fuente de fruta con naranjas, mandarinas, fresas, platanos, melon, kiwis, dátiles... que no podrás terminar ni aunque vinieses a comer 2 días seguidos sólo fruta.
- Por último, como colofón final, por si te has dejado un huequito en el estómago el "Chichirihuiqui" cuyo contenido no voy a desvelar, pero que se agradece después de tanta comida.

Junto a este menú puedes beber cerveza, agua, y el vino que en este caso no era lo mejor del restaurante pero era aceptable, se trataba del Pinar de Villena Joven, que lo podemos etiquetar como "vino de la casa" elaborado con la variedad monastrell, de color rojo picota y brillante con buena intensidad y buena acidez que le hacen fácil de beber y ser un buen acompañante de los embutidos, aunque para el gazpacho lo ví un poco corto.

Bien todo la comida y bebida de las de aquí arriba descritas sin límite de cantidad vienen incluidas en un precio cerrado de 22€, que os aseguro que no hacen justicia a todo lo que se come y se bebe. Y a todo esto hay que unirle la actuación del propietario que nos deleitó la comida con chistes, refranes y trucos de magia varios, un espectaculo digno de ver, y si no me creeis... a las pruebas me remito.


 



23 de enero de 2012

Un buen restaurante = un buen vino

 Este sábado fui con unos amigos a comer a "EL RELOJ DE CUCO", en la calle San Lorenzo. Como siempre nos atendió su dueño, Javier Torralba y nos volvió a dar una clase magistral sobre enología. Es un crack, te hace fácil lo difícil y sobre todo te hace poner los pies en la tierra sobre este mundo tan fascinante y a veces complicado. Comimos en la barra, rodeados de todas las guías sobre vinos que os podáis imaginar y fuimos chateando con las distintas botellas que tenía abiertas. Nos sirvió JARRARTE 2010 de la fabulosa bodega de Abel Mendoza. Os podría empezar a describir sensaciones sobre este joven vino, pero no estaría a la altura después de escuchar la opinión de Javier, así que simplemente os diré que lo busquéis y lo compréis, encima es barato, sobre los 5 euros. En el propio restaurante, si vais a comer de lunes a jueves, os hacen un descuento en el vino que toméis de un 40%!! lo que significa que muchas botellas las podéis comprar más baratas que en bodega y encima comiendo de lujo. Amén.
 

22 de enero de 2012

Beber vino te ayuda en el camino

Existe la creencia general de que el vino por su contenido en alcohol no es muy recomendable incluirlo en las dietas antes de hacer distancias largas corriendo o caminando… bien, esto por lo menos en mi caso y en el de algunos de mis compañeros no se cumple en su totalidad. Y a las pruebas me remito:

- Mayo del año 2010, 4 intrépidos muchachos, entre los que yo me incluyo, deciden embarcarse en la aventura de realizar una prueba de resistencia consistente en realizar 62 Km. por montaña con un desnivel de 2100 m. Al ser la primera vez que hacían una prueba de estas características, para celebrarlo, deciden pegarse una opípara cena con un Ramón Bilbao edición limitada de 2008 y cogen una tajada de padre y señor mío. A las 4:30 de esa misma madrugada esos muchachos comienzan la prueba y la terminan en 13 horas y 43 minutos jurando y perjurando que no vuelven a hacer nada por el estilo.

- Mayo del año 2011, esos mismos 4 julais (incluido yo) más un agregado, intentan repetir su hazaña pero esta vez hacen 65 Km y 2400 m de desnivel, para rememorar la hazaña del año pasado vuelven al mismo restaurante de cuyo nombre no quiero acordarme y se pimplan un Carmelo Rodero cosecha del 2007 más pasado que el vinagre, pero como ya habían devuelto una botella por avinagrada, less dio vergüenza y se la colaron a sabiendas (el agregado no probó vino alguno con la excusa de que estaba medicándose). Resultado: Todos terminan en una hora y media menos que el año pasado (12 horas y 13 minutos) excepto el agregado que tomó las de Villadiego y llegó una hora antes (eso sí, se tiró dos meses con los tobillos reventados y ahora lleva plantillas).
- Enero del año 2012, uno de esos cuatro piltrafas (un servidor) decide, después de 3 años sin correr, hacer una media maratón y se la prepara en 3 semanas. El día de antes come migas acompañadas con un reserva de 2003, llamado Heredad de Ustarán de la Rioja Alavesa. Un pedazo de vino hecho de tempranillo, graciano y mazuelo, con una crianza de 24 meses en barrica y 12 en botella, todo un pecado para el paladar. Tras esto a la mañana siguiente corre y bate su marca de hacía 3 años en más de 5 minutos haciendo 1 hora y 45 minutos, pero no contento con esto se pega una comilona de carne a la brasa acompañado con el vino de la casa (el presupuesto no da para más) un Rioja joven llamado Chitón, vino sencillo, fresco y afrutado, que no tiene nada que envidiar a otros vinos jóvenes que hemos comentado en nuestro grupo de facebook. Bien, pues tras tajarse después de correr debería estar hecho polvo y para nada es así, mañana partidito de pádel de dos horas y luego baloncesto…
Conclusión: el vino es un acompañante cojonudo en las dietas de deportistas antes, como combustible rico en hidratos de carbono y después, como elemento regenerador por su alta cantidad de antioxidantes, y si no me creen… a las pruebas me remito.

19 de enero de 2012

De la cepa a la copa

Hola amigos, hoy no voy a recomendar ni hablar de ningún vino, sin embargo os voy a dar la clave para que tengáis menos dudas a la hora de elegir uno... 

Ayer paseando por una libreria de unos grandes almacenes me encontré con una colección de libros bastante curiosa "Libros para TORPES" y a mi, que me considero bastante cercano a dicho colectivo, me picó la curiosidad y me puse a ojear a ver que encontraba. Grande fue mi sorpresa cuando me encontré con un título bastante gracioso y llamativo "De la cepa a la copa - guía de vino para TORPES" con una ilustración de un dibujante que para mi es uno de los mejores que ha parido nuestra patria madre "Forges". 
 Ya que el atractivo fue doble y  aprovechando que estaba sin embalar le eché un vistazo al índice y me llamó bastante la atención y con el precio que tenía (17,5 €) no pude resistirme a la tentación de hacerme con el ejemplar y llevármelo a casa.
Tras leer varios apartados del libro, no me arrepiento de la compra, trata lo esencial en relación al vino, los tipos de uva, procesos de vinificación y embotellado, interpretación de etiquetas, compra y conservación del vino, catas, maridajes y un amplio etc... que rodea toda esta cultura. Pero lo mejor de todo es que el lenguaje utilizado, sin perder el rigor, es de lo más familiar y cercano, incluyendo anécdotas y "chascarrillos" que hacen grata la lectura y todo amenizado con las ilustraciones de Forges que le dan el punto de humor ácido característico de este dibujante.

Por lo tanto, si eres una persona que, como yo, no tiene ni pajolera idea de los tecnicismos redundantes que rodean a la cultura del vino y te estás iniciando en este mundo tan peculiar, amigo te recomiendo este libro que no te va a defraudar. Pero ¡ojo!, si ya eres un iniciado en estos lares quizá se te quede un poco corto, por lo que si tenéis dudas acercaos a cualquier librería que tenga un stock variado (tipo FNAC o similar) y echadle un vistazo.

17 de enero de 2012

Las penas con vino... ¿son menos penas?

Buenas noches, son casi la una de la madrugada y no puedo dormir por la indignación que tengo encima. Y no, no es por un vino que haya salido malo, que va... hoy he cenado con un Rioja que me han regalado unos amigos y que está bastante rico se trata de Viña Cerrada Joven 2010 hecho de tempranillo y garnacha tinta, es un vino que las Bodegas de Rioja Vega (de bastante renombre) al parecer hacen para supermercados y grandes almacenes porque no sale en su página web. El caso es que es un vino rojo rubí de media capa bastante fresco y que acompaña muy bien al fiambre, el queso tierno y las legumbres (aunque yo me lo he bebido con unas albóndigas en salsa y está de muerte).

El caso es que estoy bastante cabreado por tal y como estoy viendo que las cosas se desarrollan a mi alrededor, veo como cada día cuando más hace falta la "conciencia social" que se nos pide en todos lados menos se predica con el ejemplo. Todo el mundo habla de ella y yo cada día la veo menos. Nuestros gobernantes nos piden un esfuerzo económico pero no son capaces de predicar con el ejemplo de forma equivalente al esfuerzo que nos piden a la sociedad; los directivos de las grandes empresas privadas y las entidades públicas exigen esfuerzos pero no para no tener pérdidas; sino para tener las mismas o más ganancias que otros años (sino véase grandes entidades bancarias nacionales y extranjeras). 

Pero lo mejor de todo es que no podemos quejarnos y tenemos que darle gracias a Dios por tener un empleo (aunque sea un empleo de mierda cobrando una miseria a merced de un déspota), porque hay gente que está peor que tú... pues yo estoy hasta los coj**** , no se como estará este señor que esta peor que yo, pero sí se como estoy yo y lo que he pasado para, encima, estar como estoy y a lo que no estoy dispuesto es a quedarme quieto y no quejarme y ese señor/a que está peor que yo, debería hacer lo mismo. 

Esa es la conciencia social que debemos promover... la de quejarnos, la de movernos, la de buscar soluciones, la de trabajar solidariamente todos juntos y en la misma dirección los de arriba y los de abajo y si los de abajo tenemos que trabajar más por menos, que ese menos se reparta entre todos. Ahí está la clave.

Por lo tanto, respondiendo al titulo de esta entrada, las penas con vino... no, no son menos penas por muy bueno que esté.